Ser madre es una de las experiencias más bonitas y gratificantes que puede vivir una mujer pero también es un duro y agotador trabajo que en el caso de mamás primerizas como yo puede llegar a ser bastante angustioso. Si además te encuentras con problemas con la lactancia y no encuentras apoyo en tu familia puedes sentirte sola y aislada.
Así me sentía yo cuando mi hija Claudia tenía pocos meses de vida…sola e incomprendida, sin saber a quien recurrir.
Pero tuve la gran suerte de conocer a Claudia Kaiser y poco a poco mi visión de la maternidad fue cambiando y pasé de ser una mamá estresada y asustada a una mamá razonablemente tranquila y capaz de disfrutar de mi bebé.
El primer día que fui al grupo de mamás de la clínica de la salud iba un poco asustada, me habían hablado bien de ella pero no la conocía y el cliché me hacía pensar en una señora alemana seria, fría y distante. Todo lo contrario. Encontré a una mujer dulce, afable y cariñosa siempre dispuesta a ayudar a las mamás, los papás y por supuesto, a los bebés, su gran pasión.
Ella me dio sabios consejos que me ayudaron con la lactancia y siempre estaba disponible para resolver mis dudas y preocupaciones a través de Facebook o vía móvil, gracias a lo cual me fui relajando y aprendiendo a diferenciar cuándo debía preocuparme por algo o si sólo era víctima de los nervios de madre primeriza.
Además en las reuniones conocí a un grupo de mamás con bebés de casi el mismo tiempo que mi pequeña con las que pude compartir dudas y consejos de crianza de nuestros bebés.
Por todo esto, quería agradecer a Claudia su gran ayuda y dar a conocer su labor para que otras familias puedan beneficiarse de su ayuda y sus conocimientos. Gracias a ella mi bebé crece feliz y yo disfruto cada segundo que paso a su lado.
Rocío B. Allende (madre de Claudia, 6 meses )